La Muerte aburrida de las cumbias vio que era tiempo de rockear
Para aprender del buen ruido una experta debía encontrar
Nadie como Cherrycola, la guerrera del metal
La flaca montó en su Harley y a su casa la fue a buscar.
Al llegar al lugar no la vio por ningún lado
Como buena metalera a un toquín se había escapado
Después de dos horas llegó al escenario
y se puso a admirar a los músicos de pelo largo
Por poco y se le olvida Cherrycola y la misión
cuando la vio a la distancia headbangeando sin compasión
hacia ella se acercaba, avanzando con decisión
pero un greñudo que hacía slam se la llevó de un empujón
Pobre Calaquita, con las ganas se quedó
de mover el esqueleto al ritmo del rock and roll.
Por: Angelica Escobedo.
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